Bueno, pues siguiendo con la tónica del reto de la lectura de los 50 mangas que ha planteado Luka en su blog, he decidido iniciar y dar fin a la lectura de una de mis colecciones recientes, que ha sido precisamente Kanon de Chiho Saito.
Chiho Saito ha sido una de las mangakas shojo que he tenido muy en mente desde que empecé a conocer más de manga, pues una conocida y yo disfrutábamos mucho de Utena y al leer en revistas dirigidas al público otaku sobre las obras de Saito (hará ya, más de 10 años) fue cuando comencé a conocer a la autora de tantos y tantos mangas shojo, que sin duda es ya una de las clásicas de la época contemporánea (por más contradictorio que parezca).
Leer en físico es muy diferente a leer en digital, el poder pasar las páginas con suavidad, buscar la mejor luz en la habitación si es de día, buscar no darle la sombra al foco si es de noche, y sentir que pasan los minutos de manera distinta dentro y fuera del manga, esa fue mi experiencia al leer a Chiho Saito con Kanon.
Kanon es una historia que ha causado sinsabores a muchos de sus lectores en español, ya he leído en foros y blogs que a muchas personas no les ha gustado para nada principalmente por el desenlace...
A mí me ha parecido una obra muy apasionada y apasionante, y creo que su final es parte de ese torbellino de emociones que se sienten desde la primera página. Los personajes son adultos, por lo cual se siente que es un shojo más para adolescentes y adultos, que para niñas, y muy al estilo trágico de Candy (sin tantas bofetadas y humillaciones de por medio), así que advertidos están.
Algo que me resultó gracioso de Kanon (como protagonista) fue que a la primera de cambio ofrecía su cuerpo donde fuera, jaja, muy de telenovela, como diciendo: "yo nomás tengo esto".
Los dos chicos de la historia son realmente opuestos, uno es el típico descarado, muy sensual y sexual (cabello largo, rubio, delgado, adinerado y promiscuo), algo cínico, eso sí muy talentoso y misterioso en cierto sentido, conocido como Gen Mikami en el mundo de la música, mientras que el otro: Tendou Kawahara, es el chico bueno que rescata de la soledad de Mongolia a Kanon, una vez que ésta queda huérfana, que sólo está pendiente de la protagonista, más normal y menos talentoso, que se siente del montón, y que por ello cree que no puede estar con Kanon, nuestra protagonista, debido a que está fuera de su alcance, pues ella es también una genio de la música (ya que Kanon es una violinista estilo diamante en bruto).
Me gustó que los personajes fueran muy humanos, pese a sus rarezas y pasiones desenfrenadas, algo que resultó un poco molesto del carácter de Kanon, era su rebeldía sin causa, era rebelde porque Saito la quiso hacer indomable, pero a la vez, era, digamos muy necia, al punto que molestaba su actitud en algunas partes de la historia, sobre todo cuando estaba estudiando para ser una gran violinista.
Algo a destacar de Kanon es sin duda, el buen tratamiento de las emociones, cuando Kanon odia (por razones que no revelaré) a un personaje, tú odias junto con ella, cuando ella en verdad ama, tú amas junto con ella, y esto hace que Chiho Saito maneje la otredad en un nivel alto, ya que nos permite empatizar con los personajes.
Si te han gustado series donde se traten temas músicales y te gusta un poco el shojo clásico de drama, pues Kanon es lo que debes leer.
El único problema es que la serie está descatalogada y por tanto la editorial Norma ya no la vende, pero quizás se consiga por scans en inglés, que sirve de práctica para poder mejorar la lectura y comprensión del idioma.