Los scanlations o fanediciones han resultado ser grandes centros de interés para los países de habla hispana donde no se publica absolutamente todo lo que quisiéramos, sobre todo en géneros como el shojo y el josei, los cuales parecen estar de capa caída. Aunque en México a penas comenzarán a publicarse un par de títulos shojo (Vampire Knight, Ouran host club, Kaicho wa maid sama), la realidad es que son pocos comparados con el resto de shonen/seinen que han anunciado.
En esta ocasión no vengo a hablar de los shojos de los que hablan en todos lados tales como Ao haru ride, Miseinen dakedo, Orange, Hirunaka no ryuusei, Mairunovich, y todos esos de los que ya se hablan en todos los blogs habidos y por haber (que son buenos shojos, por supuesto =P). Tampoco vengo a descubrir el hilo negro, al contrario vengo a hablar de una autoras conocida, pero que creo que a pesar de su fama su obra actual está un poco olvidad por el gran público shojero.
La primera obra en cuestión y la que más me ha obsesionado con sus personajes y sus situaciones torpes, reales graciosas, tiernas, tontas y románticas (apenas detectables para algunos). Es la obra actual de Aya Nakahara que cumple aproximadamente un año de estar en publicación. Aya Nakahara es muy conocida por Lovely Complex su obra cumbre, curiosamente después de pocas obras shojo fue pasada (quizás temporalmente) a la revista josei You de Shueisha en donde publica esta obra orientada a un público femenino más adulto.
Dame na watashi ni koishite kudasai es el título de este josei que vendría siendo algo así como: Por favor, quiere a la inútil de mí.
Esta historia parte del hecho de que una chica llamada Michiko Shibata (oficinista de 29 años, soltera y sin compromiso), queda desempleada a partir de que la empresa en donde trabajaba cierra. Shibata se queda en la ruina, pues todos sus ahorros los ha gastado en regalos para un chico menor con el que sale, y el cual representa su única alegría. El joven universitario sólo le da sonrisas a cambio mientras que ella cae rendida a sus pies.
Ahora que Michiko no puede pagar ni su renta ni su comida y tampoco consigue empleo por no tener ni atributos ni talentos, ni estudios, se encuentra en la más profunda de las miserias y con el más enorme antojo de carne. Por azares del destino se encuentra con Ayumu Kurosawa (mejor conocido como Shuunin -supervisor-) quien era su terrible jefe, un joven de lentes malhumorado y malacariento que le hacía la vida imposible en la oficina. Shuunin verá que la situación de Shibata es terrible y mostrará un lado amable que nuestra protagonista creía inexistente. Es así como Shibata será de nuevo subordinada de Shuunin en la cafetería familiar que el jefe recién pondrá en marcha. A partir de aquí engaños, desengaños, deudas, amores perdidos, así como la calidez de Shuunin serán el aderezo del omelette de arroz de Shibata.
Si ya en Lovely Complex nos mostraba que los personajes opuestos se pueden atraer, en Dame na, nos demuestra que Shibata y Shuunin están para ayudarse mutuamente y que quién sabe... quizás después de algunos omurice y otros filetes o barbacoas las personas se llegan a conocer mejor de lo que uno espera.
Shibata es un personaje muy bestia, pero no es del todo irreal. A sus 29 años no tiene perro que le ladre, siente que la vida se le viene encima, mantiene los caprichitos de un noviecete (el cual ni un beso le da) y por si fuera poco está sin trabajo.
Shuunin por su parte es un tipo algo amargado, que no era para nada feliz trabajando en la empresa, y a pesar de ser ordenado, inteligente, y atractivo, simplemente está solo (a pesar de tener por ahí una ex). Detrás de esa fachada de me importa poco el prójimo, iremos descubriendo que tiene un lado humanitario, sumamente amable, dulce, tierno y que será un bálsamo en la vida de Shibata o ¿será ella el bálsamo sobre sus heridas?.
Pero no todo será tan simple, pues en el punto y aparte que ambos ponen a sus vidas anteriores, surgen otros que pondrán en sus manos diferentes caminos a elegir. Shibata es el centro que Shuunin necesita, es ese alguien importante a quien proteger, a quien guiar y a quien ayudarle a enderezar su camino, para dejar de lado su rostro inflexible y mostrar su cara amable a la vida misma. Mientras que Shibata deberá aprender a hacerse responsable de sí misma, a quererse y a valorar lo que sí tiene, luchando por su estabilidad.
Hasta el momento sólo lleva 3 tomos en Japón, hay unos cuantos capítulos en fanedición en español por parte de Kurai Wonderland Fansub y unos cuantos más en inglés, pero lo terrible llega cuando no pudiéndonos contener nos vamos a los raws en chino y entonces nos topamos con los primeros 12 capítulos los cuales he visto, revisto y requetevisto mil y una veces, planteándome el querer aprender chino o japo o cualquier idioma que me haga entender qué más pasa entre Shibata y Shuunin (inserte aquí mi corazón roto), así que espero que todo mundo empiece a leer este josei a tal punto que un día lo licencien al menos en Italia o algo así -lo veo difícil en otro idioma-.
Como sea, el caso es que quiero recomendar la lectura de este josei, aunque es lento (es más como un shojo) y no tiene nada de smut jaja (espero que tarde o temprano, haya algunas escenas más sexies -no porno jaja-, ¡vamos Nakahara! que esto ya es josei, podemos soportarlo), los que han leído a Aya Nakahara no se arrepentirán, al igual que aquellos que gusten de historias tiernas y con rasgos de la vida cotidiana, así como el romance obviamente.
Por el amor de Deus, leánla!!!: Dame na Watashi ni Koishite Kudasai